Hoy sale a la venta ‘La herida de la literatura’

«Escritora, escritora» me dijo mi gata.

Y ha llegado ya septiembre y Septiembre.

Después de esperar lo que han parecido varias vidas, una de ellas en confinamiento y otras tantas lidiando con lo difícil que es esta ‘nueva normalidad’. Al fin es un hecho, mi nueva novela ve la luz este 15 de septiembre.

Mi herida, a partir de hoy, es vuestra herida.

Mis ausencias eran los huecos entre las líneas que no sabían unirse. Y mientras escribía encontraba tanto alivio como dolor en el acto de hacerlo. En una burlona contradicción, crecía cada vez más y me hacía cada vez más pequeña. Me curaba y me enfermaba.

Me enfermaba. Notaba esa herida sangrar en alguna parte. Las gasas eran ese procesador de textos. La polividona yodada eran los libros abandonados en todas partes.

― Miriam Beizana Vigo, La herida de la literatura

Portada oficial de La herida de la literatura

ISBN: 978-84-17829-18-6
Páginas: 326
Formato: 14 x 21,6 cm
Encuadernación: Rústica con solapas
Peso: 400 gr

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PVP papel: 16,95 € IVA Inc.

PVP eBook: 5,99 € IVA Inc.

SINOPSIS

«ESCRITORA, ESCRITORA»

Es septiembre de 2004. Es el en el año que ha fallecido Carmen Laforet. También, en el que la literatura deja de enseñarse en los institutos. Una joven de catorce años llamada Melancolía aterriza en la remota ciudad de Melilla, en la única compañía de su madre y los vestigios de una enfermedad extraña que empieza a fraguarse en ella. Atrás dejan su Galicia natal, la pequeña vida conocida.

Varios años más tarde, Mamá ya no está. Sin previo aviso, como una amenaza irresistible, aparecerá en Melancolía la necesidad de escribir una novela sobre la que fue su profesora de literatura cuando era niña, una misteriosa muchacha con nombre de mes.

Esta herida literaria dañará a pasos agigantados su presente. Conviviendo con una gata que parece detestarla e intentando comprender el amor, comienza una búsqueda desesperada de hacer crecer una insólita amistad.

La amistad se vuelve débil cuando se habla de la muerte o de la enfermedad.

― Miriam Beizana Vigo, La herida de la literatura


La herida de la literatura es la cuarta novela larga de la autora coruñesa. Valiéndose de sus propios pedazos, Miriam utiliza esta historia para unir los trazos de algunas de sus mayores obsesiones: el dolor que le provoca la literatura, lo complicado de la amistad, las mentiras del amor y los rincones que ya no le pertenecen.

A caballo entre la realidad y la ficción, viajamos entre el pueblo de su niñez Carballo y la exótica ciudad de Melilla. Con La herida de la literatura ha pretendido acercarnos un poco más su manera de entender la vida, de curarse del dolor y de normalizar las enfermedades mentales, las distintas maneras de amar y los tabúes sobre la intensa relación materno-filial.


Y ya no puedo enredarme más porque, a partir de ahora, sois vosotras las que tenéis que empezad a compartidla, hablad de ella. Y leedla, y vividla. Y sentidla. Acercaros a esta historia tan compleja que, espero, os ayude a descubriros a vosotras mismas y, también, a sumergiros en mi manera de entender la literatura.

Recordad que podéis adquirirla en los puntos de venta habitual (Fnac, Casa del Libro), en vuestra librería favorita y en la página web de Les Editorial.

Pero esto no es todo, esta misma noche tenéis una cita en el Instagram de @Les_Editorial, donde estaré en directo con Bábara Guirao en la presentación online (la única segura y posible por el momento) para hablar sobre La herida de la literatura. Será hoy, 15 de septiembre, a partir de las 20.00h. También podréis ver el vídeo en directo a través de mi página de Facebook Miriam Beizana Vigo.

Será un placer contaros más en persona todos los detalles de esta historia y un honor responder a vuestras preguntas. ¿Nos vemos ahí?

«Yo no miraba a la gata. Leía de nuevo mis letras empapando el papel.

―Carmen Laforet era infeliz. Y Elena Fortún era invisible. Como yo. Invisible.

Pero ellas eran amigas. Y tú no tienes amigas, dijo Letra.»

― Miriam Beizana Vigo, La herida de la literatura

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La herida de la literatura: Preventa y fecha de lanzamiento.

Decía Rosa Montero que las escritora deberíamos desprendernos de nuestras historias antes de que salieran a la luz. Que las escribiéramos, viviéramos en ellas pero que las dejáramos marchar. Que aprendiéramos que no nos pertenecen.  Así huimos del daño.

Es algo que he visto, leído y escuchado de otras escritoras. Elena Ferrante escribió en diferentes entrevistas que su seudónimo le ayudaba a protegerse. Carmen Martín Gaite dejó testimonio de que escribir era como estar en las nubes. Elena Fortún sufrió el silencio atroz de ser una de las grandes escritoras olvidadas.

Y Carmen Laforet fue una gran enferma de literatura.

Aquí está, esta herida. Esta novela que lleva acompañándome tanto tiempo que casi me cuesta hablar de ella. Tendría tantas cosas que contar, porque es como un mapa de mí misma, de un camino que llevo años emprendiendo y que me ha desgastado demasiado. Y me ha hecho tan feliz.

Ahora mismo la veo, la siento, la releo y no sé si la reconozco como propia o pertenece a una escritora que, simplemente, ha querido sucumbir a esta enfermedad literaria y permanece en ella. Casi con gusto. Y con miedo también.

En fin. Sin más. Con vosotras. La portada definitiva de La herida de la literatura.

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«Escritora, escritora»

Es septiembre de 2004. Es el en el año que ha fallecido Carmen Laforet. También, en el que la literatura deja de enseñarse en los institutos. Una joven de catorce años llamada Melancolía aterriza en la remota ciudad de Melilla, en la única compañía de su madre y los vestigios de una enfermedad extraña que empieza a fraguarse en ella. Atrás dejan su Galicia natal, la pequeña vida conocida.

Varios años más tarde, Mamá ya no está. Sin previo aviso, como una amenaza irresistible, aparecerá en Melancolía la necesidad de escribir una novela sobre la que fue su profesora de literatura cuando era niña, una misteriosa muchacha con nombre de mes.

Esta herida literaria dañará a pasos agigantados su presente. Conviviendo con una gata que parece detestarla e intentando comprender el amor, comienza una búsqueda desesperada de hacer crecer una insólita amistad.

La herida de la literatura es la cuarta novela larga de la autora coruñesa. Valiéndose de sus propios pedazos, Miriam utiliza esta historia para unir los trazos de algunas de sus mayores obsesiones: el dolor que le provoca la literatura, lo complicado de la amistad, las mentiras del amor y los rincones que ya no le pertenecen.

A caballo entre la realidad y la ficción, viajamos entre el pueblo de su niñez Carballo y la exótica ciudad de Melilla. Con La herida de la literatura ha pretendido acercarnos un poco más su manera de entender la vida, de curarse del dolor y de normalizar las enfermedades mentales, las distintas maneras de amar y los tabúes sobre la intensa relación materno-filial.


Y como ya os hablaba en la entrada anterior, es una novela llena de matices, de vivencias, de mujeres, de gatas, de libros, de ciudades, de amistad y de amor. Quizás ya no soy la misma escritora que la escribió; pero aquí estoy. Deseosa de que la leáis, de hablaros de ella y sumergirme con vosotras en la historia de Melancolía, Letra, Helga y Septiembre.

A partir de hoy, 31 de agosto y hasta el 6 de septiembre, la novela está en preventa. Podéis realizarla en la página web de la editorial.

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A partir del día 15 de septiembre, podéis comprarla a través de leseditorial.com, en Amazon y en vuestras librerías habituales.

Disponible en papel y en ebook digital.

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También esto pasará

Me he dado cuenta que llevo desde el 6 de febrero sin actualizar mi página web. Es justo lo que nunca hay que hacer, pero la verdad es que sucedieron muchísimas cosas que pusieron en stand by mi vida y, además, os he mantenido al tanto de todo en mis redes sociales. Os invito a seguirme en Instagram y Twitter sino lo estáis haciendo ya, porque allí sí que estoy activa casi a diario.

Como os habréis imaginado, la situación actual provocada por el Coronavirus ha paralizado toda actividad literaria y cultural, por lo que muchas de las presentaciones que Maite Mosconi y yo teníamos programadas con Guerreiras de Lenda han quedado suspendidas y ha limitando gravemente el lanzamiento y vida útil de esta obra infantil. La incertidumbre del momento nos impide saber qué decir al respecto, pero lo que sí estamos seguras es que cuándo sea seguro, volveremos a la agenda y a estar cerca de vosotras.

También hemos tenido que cancelar algunas de las presentaciones planeadas en diferentes lugares del país de Asalto a Ozlo que me ha provocado una pena enorme. Aún así, estamos organizando cositas gracias a las redes sociales. Estad atentas que el carrusel no se detiene nunca.

Supongo que para muchas serán días complicados. Estamos en casa, es verdad. Algunas en situaciones muy difíciles, otras han perdido el empleo o están pasando este confinamiento en la soledad más absoluta. Calma. Esta es una situación excepcional y dura. Nos ha paralizado la vida, los sueños, los planes y, estaba claro, no estábamos preparadas en ningún caso. Pero el peso de la resignación tiene que cobrar fuerza ahora, tenemos que asumir que el presente que nos ha tocado vivir es este y que una causa muy justificada nos lleva a paralizarlo todo.

En lo personal, estas semanas de pausa me están ayudando a sacar de dentro muchas cosas que no he tenido ocasión liberar antes. Al fin y al cabo, es muy probable que nunca vuelva a ocurrir algo así: algo tan fuerte que nos obligue a quedarnos en casa durante varias semanas, sin posibilidad de ver a nadie y con todo el tiempo del mundo para mirarnos. Sí, para mirarnos. Y sé que nos da miedo. A mí también. Pero lo que también sé es que lamentarse nunca ha servido para nada.

Me prometí a mí misma que sería fuerte desde el primer momento, como lo fui en los últimos grandes golpes que recibí en mi vida y de los que todavía no estaba recuperada. Es verdad, no os lo voy a negar. Todavía siento un dolor profundo y estoy aprovechando (¿esto se puede decir así?) para vivir un doble duelo por pérdida. Está saliendo a borbotones, como la sangre de una herida. Me detengo durante horas a analizar por qué me sigue doliendo el pecho, por qué sigo teniendo pesadillas y a razón de qué llorar resulta tan sencillo. Y calma.

Pero hay momentos para otras cosas. Para descubrir y dedicarle tiempo a las personas que antes no podíamos hacerlo. Parece paradójico, pero tenemos largas horas en el día para llamar y escribir a esas amigas y familiares que nos importan y para las que parece que nunca tenemos un hueco. ¿Lo estáis probando? Es lo más bello que me estoy encontrando en este confinamiento. A veces me paso más horas al día al teléfono que haciendo cualquier otra casa. Y videollamadas. Y nos reímos. Y luego fantaseamos en lo que vamos a hacer después. Nos prometemos que habrá un después. Claro que sí. También esto pasará.

Son horas, son días, para querernos. Para querer. Para mimar. Para tener paciencia con nosotras mismas. Para decirnos todo lo que nos queremos y para no renunciar nunca a mostrarnos tal y como somos. Creo que yo estoy viviendo lo peor y lo mejor de mí en estos días. Estoy echando de menos a personas que nunca volverán pero, también, me estoy dando cuenta de que cada vez menos y que me gusta en la mujer en la que me he convertido. Os reiréis, quizás, si os digo que pongo música y bailo sola. Que me cocino a mí misma. Que beso a mis gatas. Que escribo febrilmente sin tregua y anhelante de que me leáis.

Además, dentro de todo esto, aunque hemos tenido que posponer el lanzamiento de mi nueva novela, estamos preparando algunos eventos online para ir desvelando detalles y hacer más amena esta espera y amortiguar la desilusión.

Espero que estéis conmigo, que me acompañéis y que, juntas, sepamos llegar a un futuro que estoy segura será mejor.

Os quiero, mujeres mías.

Photo by Pablo Giménez 

 

Es que necesito intentarlo, ¿sabéis?

Es que esas entradas personales que escribes, Miriam, no le interesan a nadie.

Escribes y te dibujas. Te expones. ¿Puedes dejar de hacerte daño?

¿Y si cambias de enfoque y de género? ¿Y si intentas escribir algo más comercial?

¿Y si eres diferente a cómo eres?

Sí, ¿y si te conviertes en otra persona mejor? No puedes seguir siendo así.

No, no puedo. Tenéis razón.

Pero necesito intentarlo, ¿sabéis?

Buscar lo que soy porque, creo, todavía no lo tengo muy claro. Lo bueno es que ya no estoy cansada, ya no me encuentro derrotada ni me arrastro por los suelos del desencanto y la desesperación. Me he vuelto a reencontrar, solo que no de la manera que esperaba. El viaje que estoy llevando a cabo me fascina, en serio. Algún día, os prometo, compartirlo con vosotras porque estoy segura de que os puede ayudar.

Llevo meses haciendo cambios en mí y en mi vida. Por inercia, también está cambiando mi literatura y mi forma de leer. Estoy menos pero estoy mejor. Estoy dejando huecos entre mí y entre mis historias, un escudo de defensa, una distancia prudencial. Tal vez estoy intentando ser inteligente y, tal vez, lo esté consiguiendo. Lo único que sé con certeza es que la tristeza me estaba abrumando demasiado y, poco a poco, me iba apagando como una vela expuesta en una tormenta.

Mi rutina y mi presente no son sencillos. Mi situación profesional y personal es delicada. En ocasiones, sentirme sola y desprotegida me hace querer hacerme un ovillo y desaparecer. O no volver a salir de casa. Ni de la cama. Pero cada día me he esforzado por encontrar un atisbo de luz y salir y continuar. Con una obcecada terquedad. Y tengo que agradecer al grupito de personas que, cada día, con una paciencia deslumbrante, sacaban parte de su tiempo en recordarme por qué estoy aquí.

Sé que mi sentimiento de soledad es injustificado.

Y contándoos un poco más de mis proyectos literarios, cómo os contaba hace unos días en mi Instagram, tengo entre manos una antología en gallego (¡autoría compartida!) y mi próxima novela. Esta última está siendo tratada con mimo y cariño y, además, buscando una casa bonita que quiera darle vida. Pero todo se andará y, espero que más pronto que tarde, os pueda dar una feliz noticia.

Lo sigo intentando.

Espero que os esté gustando esta nueva Miriam. Que me echéis de menos por esta habitación propia tanto como yo a vosotras. Y que tengáis paciencia, que sigáis ahí cuándo el tiempo pase y yo pueda volver a traeros cosas nuevas. Yo, os prometo, que aquí permanezco. Que no dejo de leer novelas de mujeres y comentándolas en A Librería y en HULEMS. Y lo hago por mí, pero también por vosotras.

Hablando de mi novela (qué bonito será poder deciros el título), os adelanto que gran parte de la trama se ambienta en Melilla. Que me voy a ir unos días a refugiarme allí entre sus calles, sus mares y sus gentes. Que pensaré en ella y pensaré en vosotras. En ese rincón del mundo dónde siempre vuelvo a nacer.

¿Nos leemos?

 

Photo by Brian Patrick Tagalog on Unsplash


Aprovecho para recordaros que hemos grabado un nuevo podcast en el que hablamos de Las Mujeres que Rompen el silencio. Contamos con dos entrevistas muy importantes: una charla extensa con Tensi de Lecturafilia en la que hablamos de María Fornet, Tránsito Editorial, Dos Bigotes y Alpha Decay. Y también, una entrevista con la editora jefa de la editorial Crononauta, Elena Lozano.

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Sobrevivir en estos libros

«¿Cuándo?» decía yo, queriendo decir: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo nos sostendrán los libros, el amor? ¿Hasta cuándo serán los libros y el amor más fuertes que esta frase: Un día acabaré por matarme?

Caroline Lamarche, La memoria del aire.

Me he tomado a rajatabla eso de tener tiempo para mí. No sabéis todo lo que estoy leyendo y escribiendo. Y también haciendo mucho ejercicio. Dedicando mi vida y mis energías a mí, a la terapia activa que estoy siguiendo, a volver a ser otra yo. Es un camino difícil pero, tengo que decirlo, es hermoso. El autodescubrimiento siempre me ha parecido algo fascinante.

Lo primero que he intentando hacer es dejar de sufrir mientras escribo. No quiero que duela. Aconsejaba en una presentación mi admirada Rosa Montero que, con los años, hay que aprender a tomar distancia de lo escrito y de nuestras propias novelas. En un primer momento, yo no fui quien de entenderlo. Hoy por hoy, creo que sí, que sé lo que quería decir. Por eso yo también os digo (y me digo): separaos de ellas, que no os toquen demasiado, que no sean vuestro motivo primero para sobrevivir. Encaramarse a algo tan frágil como la literatura es muy peligroso.

Lo segundo es buscar silencio de manera desesperada. Hacía tanto tiempo que no me escuchaba, que no acercaba mi oído a mi propio dolor emocional e intentaba saber qué quería decirme. Ha sido curioso. Me sentía siempre sola y lo único que había ocurrido es que me había dejado sola a mí misma, totalmente abandonada de mis intereses. ¿Cuánto hacía que no escribís por mero placer? ¿Cuándo fue la última vez que me senté a releer mi propio libro, como tanto me gustaba hacer?

¿Por qué, Miriam, has dejado de dedicarte tiempo a ti misma?

Lo tercero ha sido leer. Leer. Leer. Leer libros de mujeres que, como yo, buscan desesperadamente sobrevivir y sobrevivir(se). Esto (y no se bien a qué me refiero con esto) me acompaña desde que soy una niña y sigue ahí, encaramado. Es un poco duro de admitir que siempre va a doler, pero me hace estar altera, no perder nunca la perspectiva. Esta tristeza que me acompaña me hace anhelar la felicidad. Por eso me esfuerzo tanto por reír, por hablar con mis amigas, por conocer escritoras y amantes de los libros con las que charlar durante horas de cosas que solo nosotras entendemos. Leer, leer. Incluso había dejado de disfrutarlo.

«M» me dice que lo más difícil ahora es mantenerme. Pero dice que ella tiene fe en mí. Dice que mi predisposición por quedarme aquí, en este filo, es admirable. Así que ahí me mantengo, me sujeto a las páginas en las que voy escribiendo mi presente y aquí me mantengo.

¿Sabéis? He terminado de escribir un libro esta semana. Otro libro más. Quiero gritar y contaros muchas cosas de esta historia y de las mujeres que aparecen en ella. Pero todavía es pronto.


 

2¡Y hablando de nuevas publicaciones! Ya ha salido a la venta la antología Actos de F.E.: El Hambre, editada por Cerbero donde podéis leer mi relato DOR. Podéis adquirirla en su página web y en los diferentes eventos que habrá en Madrid y en Barcelona.

Por cierto, si vivís en Barcelona, ¿hacéis algo el 23.02.2019?

 

 

Inflorescencia

Hace más de un año que anunciaba el punto y final de mi próxima novela, la especial y ansiada secuela de mi opera prima, Marafariña, que fue el inicio de un nuevo camino para mi colmado de dificultades, sí, pero también de alegría, de sueños y de literatura. Han pasado muchas cosas desde aquel 2015 que me lancé a la autopublicación y, como ya he dicho, llegar hasta aquí ha sido una feliz hazaña.

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Este post es la culminación de más de tres años de trabajo diario e incansable.

Por fin os puedo anunciar, con nervios e ilusión, el título de mi próxima novela, la continuación de la historia de Olga y Ruth. El mismo que corona esta entrada.

Inflorescencia

Florece, así, en esta tardía primavera aquel bosque virginal que hemos abandonado hace ya unas cuántas páginas. Florece así, de nuevo, esta Miriam que necesitaba cerrar aquel capítulo de su vida, tan lejano ya, pero tan vivo al mismo tiempo. Y florece, también, mi incansable lucha personal por la libertad, por los sueños, por la unión, por el amor y por la defensa infatigable de las mujeres.

Y florece, así, la contraportada de la novela:

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Y florece, así, la portada definitiva. La imagen, de nuevo, de mi querida y admirada Elena del Palacio:

INFORESCENCIA (1)


SINOPSIS:

Una buena nueva guiará la vida de Ruth de vuelta a una Marafariña que luce sola. Lo que ella no podría imaginarse después de la catástrofe del Prestige, era encontrarse que luciría una espesura blanca.

Han pasado años desde que abandonó la libertad y su ser de esas tierras, pero tal vez nunca son demasiados cuando se acerca al tintineo hipnotizante y fresco del río, cuando se enfrenta ante la Iglesia tapiada de recuerdos o cuando alcanza la inmensidad de la playa.

Nunca es demasiado tarde cuando la tierra todavía es capaz de florecer.

“Las flores mismas han aparecido en la tierra, el mismísimo tiempo de la poda de las vides ha llegado, y la voz de la tórtola misma se ha oído en nuestra tierra” (El Cantar de los Cantares 2:12)

Y con el corazón encogido, mis venas llenas de emociones, nerviosa, feliz, atemorizada pero llena de esperanza, os digo que en julio de 2018 podréis al fin leer esta última historia.

¡Espero vuestros comentarios!

Y gracias, gracias, flores mías.